SD NORTE.- María G. Martínez tenía 25 años de edad y estaba embarazada de mellizos,cuando una explosión en la cocina de la empresa Dominican Watchman National, donde trabajaba, la dejó completamente quemada. El hecho ocurrió en 2001 y aún la joven no ha podido cobrar la indemnización de RD$4 millones que la Cámara Civil y Comercial del Distrito Nacional ordenó pagar a su favor en el 2003.
Martínez, residente en Guanuma, Santo Domingo Norte, con parte de un brazo amputado y sus pies enfermos, se levanta diariamente pensando qué dará de comer a sus hijos, y más aún le preocupa no tener un plan para su futuro.
A más de una década de ocurrido el hecho, la madre soltera, con seis hijos, se siente una víctima del sistema judicial y solo espera que la Suprema Corte de Justicia (SCJ) le dé prioridad a su caso que, según dijo, se encuentra en estado de fallo desde el 17 de noviembre pasado.
“Éramos tres en la cocina, las otras dos, madre e hija murieron, yo perdí los mellizos. Estábamos acabando de cocinar, yo iba a fregar y ahí explotó el tanque. Nos quemamos once, hubo ocho graves y de esos ocho solo quedé yo”, narró Martínez con marcado pesar.
Mientras relata la historia, en su estrecha casa de tabla, de pocos ajuares y visiblemente deteriorada, ve llorando a su hija de 14 años, se mantiene fuerte y le pide que se marche. Su hermano no contiene el dolor, al tiempo en que reclama justicia, se le cortan las palabras y empieza a llorar.
“Ella no está reclamando que le den, ni mendigando, porque lo de ella no tiene reparo económico”, manifestó Esteban, visiblemente impotente y algo intranquilo por la situación.
Sus vecinos no son indiferentes a la situación de pobreza en que vive la joven, una de ellas cuenta que para enviar sus hijos a la escuela tuvo que pegarle los zapatos con pegamento "coquí" y coserle las camisas con la única mano que le funciona.
Para comunicarse con la familia y brindarle apoyo pueden llamar al 829-957-8091 o al 849-356-4591.
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